miércoles, junio 21, 2006

Ah

Es que no me acordaba de que tenía esta cosa. Esto que tengo frente a mi. Es mío y de nadie más.
Conocí al boludo en un carrete en La Pirámide tomando ron con vista a la ciudad. Ron malo. Pésimo. El boludo es argentino, maradoniano, bostero y seguidor del Eber. Un buen tipo. Coversador, animado, canchero, che. En medio del jolgorio después de la segunda botella y dos caños, contó una anécdota de aquellas. Nos dijo que una vez, hace un par de años, un primo lo invitó a un cumpleaños de Charly García. Loco, de Charly. Y bueno, contó que en lo mejor del carrete y cuando el músico argentino estaba sentado en su piano tocando para sus amigos más íntimos, el Dj que había contratado para animar la fiesta puso a todo volumen a otro monstruo del rock argentino, pero acérrimo enemigo de García: Andrés Calamaro.
Tal fue el enojo del flaco -dijo el boludo- que se paró del piano, le pegó un enorme trago a la botella de Whisky que estaba encima del instrumento y se fue encima del dj a quien le pidió que quitara aquel disco o la fiesta se iba a la mierda. Según el boludo, el pinchadiscos hizo caso omiso al requerimiento y, por el contrario, aumentó el volumen de la música, desatando la ira de la estrella de rock quien "hecho un hijo de puta, cagó a patadas los equipos y al loco de la música y todo se fue a la mierda che", dijo el boludo, a quien no he vuelto a ver.