miércoles, julio 18, 2007

A Piso

Parado al borde de la cornisa, observé nervioso la acera. No erraba ningún peatón.
Me separaban veinte pisos del suelo. Calculé que demoraría 0.5 segundos por nivel -en llegar a destino- y me dejé caer.
Segundo nueve.
Comencé a delinear el por qué.
Segundo siete.
Pude responder la más importante de todas las preguntas.
Segundo cinco.
Estaba todo resuelto.
Segundo tres.
Una insoportable angustia me carcomió por dentro.
Segundo uno.
Ya no había nada que hacer.